El otro día tuve un reencuentro muy agradabe. Había olvidado los buenos ratos que habíamos pasado juntos, y no recordaba la última vez que le ví… Y allí estaba él, colorado, sencillo, encantador. No estoy hablando de una persona, ¡estoy hablando de un libro! Y es que «p de papá» te crea todas esas sensaciones, es un cuento especial.
Cuando lo compré, hace ya 2 años, lo hice con la sensación que da un regalo cuando has dado en el clavo: gusta al que lo regala y gusta al que lo recibe. En este caso, la que regalaba tenía 5 años, y el que recibía era su papá. El libro venía recomendado en Nanufacture, una web que me encanta de ropa y accesorios para niños poco convencionales, y me enamoré de sus ilustraciones, con un trazo sencillo traducía las más grande emociones: complicidad, amor desinteresado, protección, orgullo, satisfacción, sorpresa…
El libro es de cubierta dura, forrada, con guardas y páginas interiores en papel mate de buen gramaje, excelentemente impreso. La ilustraciones de Bernardo Carvalho son emocionantes, y cada doble página es encantadora en contenido y composición: papá es grúa, perchero, doctor…
Yo me reencontré con «p de papá» en Mumú, una librería online con un excelente catálogo organizado por edades. Y tenéis más datos sobre el libro en la web de la editorial. ¿Os he dicho que vale sólo 13€?
Para todos aquellos padres (hombres) que han descartado de su vida el rol del «señor distante y severo» para abandonarse al entrañable mundo de criar y educar a un niño. Muy estimulante para los niños, que aprenden el valor del progenitor que les cuida y protege, aunque también regañe.
Yo soy uno de esos papás orgullosos al que sorprendieron con este libro. Lo tengo en mi sitio de honor de la estantería, junto a «300» y «V. de Vendetta», para compensar 😉 Aunque el libro es genial, el mío es único porque mi niña me lo dedicó con su torpe letra: «papá te quiero mujo», si, si, con «j»
Ja, ja… con «j», nos encanta tu niña, Nikana, y tú denotas muy buen gusto con los libros de tu «sitio de honor» de la estantería. Tú eres uno de «esos padres» de los que hablábamos…