Yo pensaba que «Los Sueños de Helena» era un cuento infantil. Y que Helena era la hija de Eduardo Galeano. Pues ni lo uno… ni lo otro. Y que conste que el libro lo encontraréis en la sección infantil de las librerías, pero basta abrirlo para emocionarse como adulto con un texto hipnótico, que nos suena porque habla como hablan los sueños cuando los recordamos: a retazos, con pinceladas que nos abruman, nos asustan o nos divierten. Y un niño lo disfruta, doy fe porque lo he comprado y compartido con mi niña. Pero lo compré para mi madre, en el Día de la Madre.
En la charla «Donde Habita la Cabeza» de Isidro Ferrer, descubrí que Helena, la Helena de los sueños, era la mujer de Eduardo Galeano, el autor de los textos. Isidro, el ilustrador, explicó en esa misma charla, que no buscaba traducir literalmente en imagen las palabras, quería estar en el proceso del sueño, como apuntes de algo que se construye, que tiene que ver con ese sueño solamente.
Cada mañana Helena cuenta sus sueños al autor. Él, en venganza por ese aturdimiento matutino que le impide estar a solas con su café, ha llevado sus palabras al papel con la maestría con que Eduardo Galeano maneja los textos. Los textos son breves y las imágenes poderosas.
Imágenes del blog Los Libros del Zorro Rojo